EMPERO como hubiese ya visto Balaam que era del agrado de Jehová bendecir a Israel, no se fué, como las otras veces, a buscar maleficios, sino que fijó su rostro, mirando hacia el desierto.
¶Fueron pues los ancianos de Moab y los ancianos de Madián, con las recompensas de la adivinación en su mano; y llegando a donde estaba Balaam, le refirieron las palabras de Balac.
Luego Balaam dijo a Balac: Ponte junto a tu holocausto, en tanto que yo me vaya; por si acaso Jehová viniere a mi encuentro: y cualquiera cosa que él me revelare, te lo avisaré. Se fué pues al páramo.
He aquí que ellas, por consejo de Balaam, fueron motivo para que los hijos de Israel se apartaran traidoramente de Jehová, en el asunto de Baal-peor; de modo que hubo plaga entre la Congregación de Jehová.
Esto no obstante, yo tengo algunas pocas cosas contra ti, por cuanto tienes allí a los que sostienen la enseñanza de Balaam, el cual enseñó a Balac a poner tropiezo delante de los hijos de Israel, incitándolos a comer de lo que se ofrece en sacrificio a los ídolos, y a cometer fornicación.
Entonces dijo Saúl a David: ¡Bendito seas, hijo mío, David! ¡no sólo emprenderás cosas grandes, sino que también les darás cumplido fin! Con esto David se fué por su camino, y Saúl volvióse a su lugar.