Pero Balaam respondió y dijo a los siervos de Balac: Aun cuando Balac me diere su casa llena de plata y de oro, no podré traspasar la palabra de Jehová mi Dios, para hacer cosa alguna, ni chica ni grande.
Luego Balaam dijo a Balac: Ponte junto a tu holocausto, en tanto que yo me vaya; por si acaso Jehová viniere a mi encuentro: y cualquiera cosa que él me revelare, te lo avisaré. Se fué pues al páramo.