Levantóse pues Balaam por la mañana, y dijo a los príncipes de Balac: Id a vuestra tierra; porque Jehová rehusa permitirme ir con vosotros.
Y dijo Dios a Balaam: No vayas con ellos; no has de maldecir al pueblo, porque es bendito.
Y levantándose los príncipes de Moab, volvieron a Balac, y le dijeron: rehusó Balaam venir con nosotros.
Mas no quiso Jehová tu Dios escuchar a Balaam; antes, Jehová tu Dios te convirtió la maldición en bendición; porque te amaba Jehová tu Dios.