Quitó los altos, y quebró las estatuas, y cortó la Ashera y rompió a martillazos la serpiente de bronce que había hecho Moisés; porque hasta aquellos días seguían los hijos de Israel quemándole incienso; y lo apellidó Nehustán.
¡No te regocijes, toda tú, oh Filistía, por cuanto se ha roto la vara que te hirió; porque de la raíz de la serpiente saldrá la víbora, y del fruto suyo, serpiente ardiente voladora!
¡Cuán cargadas van las bestias del sur! Por una tierra de aflicción y de apretura, de donde son la leona y el león, la víbora y la serpiente ardiente voladora, llevan sobre tomos de pollinos sus riquezas, y sobre giba de camellos sus tesoros, a un pueblo que no les puede aprovechar.