En efecto, se tomaron a sueldo treinta y dos mil guerreros con carros, y al rey de Maaca con su pueblo; los cuales vinieron y acamparon al frente de Medeba; los hijos de Ammón también se congregaron desde sus ciudades, y vinieron a la guerra.
Moab sube a la casa de ídolos, y Dibón a los altos, para llorar allí. Moab se lamenta sobre Nebo y sobre Medeba: en toda cabeza hay calvez, y toda barba está cortada.
Porque las aguas de Dimón están llenas de sangre; pues que traeré sobre Dimón todavía mayores males; traeré sobre los escapados de Moab leones, y sobre los que quedaren en la tierra.
Desciende de tu gloria, y siéntate sedienta, oh hija, habitadora de Dibón; porque el despojador de Moab ha subido contra ti; ha destruído tus fortalezas.