herirás irremisiblemente a los habitantes de aquella ciudad a filo de espada, destruyéndola completamente, con todo lo que hubiere en ella, y hasta las bestias destruirás a filo de espada.
Luego juntarás todos sus despojos en medio de su plaza, y quemarás totalmente la ciudad con todos sus despojos, en desagravio a Jehová tu Dios, y quedará hecho un montón de escombros para siempre; no será edificada jamás;
y cuando Jehová tu Dios las hubiere entregado delante de ti y tú las hubieres herido, las destruirás del todo; no harás con ellas pacto alguno, ni les tendrás piedad.
Y será la ciudad anatema; ella, con cuanto en ella hubiere, apartada será para Jehová; solamente Rahab la ramera vivirá, ella y todos los que estuvieren con ella en casa; por cuanto escondió a los emisarios que enviamos.
¶Y en aquel tiempo hizo Josué una solemne imprecación, diciendo: ¡Maldito delante de Jehová sea el hombre que se levantare y reedificare esta ciudad de Jericó! ¡en su primogénito eche los cimientos de ella, y en su hijo menor asiente sus puertas!
E hizo un voto, diciendo: Jehová de los Ejércitos, si te dignares mirar la aflicción de tu sierva, y te acordares de mí, y no te olvidares de tu sierva, sino que dieres a tu sierva un hijo varón, yo le daré a Jehová todos los días de su vida; y navaja no pasará jamás por su cabeza.