Y JEHOVÁ dijo a Aarón: Tú y tus hijos, y la casa de tu padre contigo, cargaréis con la iniquidad de las cosas santas; y tú y tus hijos contigo cargaréis con la iniquidad de vuestro sacerdocio.
Estará pues sobre la frente de Aarón, para que lleve Aarón la iniquidad de las cosas santas que santificaren los hijos de Israel, en todas sus santas dádivas; y estará sobre su frente perpetuamente, para que ellos sean aceptos delante de Jehová.
Verá el fruto del trabajo de su alma, y quedará satisfecho: con su ciencia mi justo Siervo justificará a muchos; pues que él mismo cargará con sus iniquidades.
Nosotros todos, como ovejas, nos hemos extraviado; nos hemos apartado cada cual por su propio camino; y Jehová cargó sobre él la iniquidad de todos nosotros.
¶Y te acostarás sobre tu lado izquierdo, y pondrás sobre él la iniquidad de la casa de Israel: según el número de los días que te acostares sobre él, llevarás la iniquidad de ellos.
¿Por qué no comisteis la ofrenda por el pecado en lugar sagrado? porque cosa sacratísima es, y os ha sido dada para llevar la iniquidad de la Congregación, para hacer expiación por ellos delante de Jehová.
Según el número de los días que explorasteis la tierra, es decir, cuarenta días, (por cada día un año), así llevaréis la pena de vuestras iniquidades cuarenta años, y conoceréis mi desagrado.
Esto también será tuyo: Las ofrendas alzadas que ellos presenten, a más de todas las ofrendas mecidas de los hijos de Israel: a ti las he dado, y a tus hijos y a tus hijas contigo, como porción legal para siempre: toda persona limpia en tu casa podrá comer de ellas.
¶En aquel tiempo Jehová separó la tribu de Leví, para que llevase el Arca del Pacto de Jehová, para que estuviese en presencia de Jehová a ministrar delante de él, y para bendecir en su nombre, hasta el día de hoy.
¶Obedeced a los que tienen el gobierno de vosotros, y someteos a ellos; porque velan por vuestras almas, como los que han de dar cuenta a Dios; a fin de que lo hagan con gozo, y no con pesadumbre; porque esto os sería desventajoso.
Porque no tenemos un sumo sacerdote que sea incapaz de compadecerse de nuestras flaquezas, sino uno que ha sido tentado en todo punto, así como nosotros, mas sin pecado.
quien mismo llevó nuestros pecados en su propio cuerpo sobre el madero, a fin de que nosotros, estando muertos a los pecados, viviésemos a la justicia: por cuyas llagas vosotros fuisteis sanados.