Entonces Jehová habló a Moisés, diciendo:
Y dijo Arauna: ¿Por qué viene el rey mi señor a su siervo? Y David respondió: Para comprar de ti la era, a fin de edificar allí un altar a Jehová, y hacer que se detenga la plaga que asuela al pueblo.
Empero él, el Misericordioso, perdonaba la maldad, y no los destruyó; y muchas veces apartó su indignación, y no quiso despertar toda su ira.
Y acudieron Moisés y Aarón al frente del Tabernáculo.
¡Retiraos de en medio de esta Congregación, para que yo la consuma en un momento! Mas ellos cayeron sobre sus rostros.