y la tierra abrió su boca, y los tragó a ellos y a Coré, criando murieron los de aquella facción, al mismo tiempo que devoró el fuego a doscientos cincuenta hombres, los cuales fueron hechos escarmiento.
Y tomad cada cual su incensario, y poned incienso en ellos; y traed delante de Jehová cada uno su incensario, doscientos cincuenta incensarios; tú también y Aarón, traed cada cual su incensario.
y levantáronse en presencia de Moisés y Aarón, con doscientos cincuenta hombres de los hijos de Israel, príncipes de la Congregación, personas escogidas de la Asamblea, varones de renombre;
Y si alguno procura dañarlos, fuego procede de sus bocas, y devora a sus enemigos; y si alguno procurare dañarlos, es menester que de esta manera sea muerto.
Y todo Israel, es decir, los que estaban en derredor de ellos, huyeron al grito de ellos; porque decían: ¡No sea que la tierra nos trague a nosotros también!
Y estaban de pie delante de ellos setenta varones de los ancianos de Israel, con Jaazanías hijo de Safán, que estaba en medio de ellos, cada uno con su incensario en la mano; e iba subiendo una nube espesa de incienso.
Pero Nadab y Abiú murieron delante de Jehová, cuando ofrecieron un fuego extraño ante la presencia de Jehová en el desierto de Sinaí; y no tuvieron hijos: y Eleazar e Itamar ministraron como sacerdotes delante de Aarón su padre.