Por tanto también el sepulcro ha ensanchado su voraz anhelo, y ha abierto sin medida su boca; y descienden allí la gloria de ellos, y su multitud, y su algazara, y aquel que en ello se regocija.
Y tomad cada cual su incensario, y poned incienso en ellos; y traed delante de Jehová cada uno su incensario, doscientos cincuenta incensarios; tú también y Aarón, traed cada cual su incensario.
Empero si Jehová hiciere una cosa nueva, de modo que la tierra abriere con violencia su boca y los tragare a ellos con todo lo que les pertenece, y descendieren vivos al abismo, entonces entenderéis que estos hombres han tratado con desprecio a Jehová.
y la tierra abrió su boca, y los tragó a ellos y a Coré, criando murieron los de aquella facción, al mismo tiempo que devoró el fuego a doscientos cincuenta hombres, los cuales fueron hechos escarmiento.
Nuestro padre murió en el desierto; y él no estuvo en el motín de los que se juntaron contra Jehová, en el séquito de Coré; sino que murió en su propio pecado, y no tuvo hijos varones.
y lo que hizo a Datán y Abiram, hijos de Eliab, hijo de Rubén, cómo la tierra abrió con violencia su boca y los tragó a ellos y a sus familias, y sus tiendas, con toda cosa viviente que les pertenecía en medio de todo Israel: