¶Entonces dijo David a Joab y a todo el pueblo que había con él: ¡Rasgaos los vestidos, y ceñíos de saco, y haced duelo delante de Abner! Y el rey David iba en pos de las andas.
¶Entonces Eliaquim hijo de Helcías, mayordomo de palacio, y Sebna secretario, y Joah hijo de Asaf, cronista, volvieron a Ezequías, rasgados sus vestidos, y le refirieron las palabras de Rabsaces.
¶Y Caleb acalló al pueblo que murmuraba contra Moisés; y les dijo: ¡Subamos de una vez, y tomemos posesión de ella; porque muy bien podemos conquistarla!
Mas a mi siervo Caleb, por cuanto hubo otro espíritu en él, de modo que siguió cumplidamente en pos de mí, yo le introduciré a él en la tierra adonde ha ido, y su descendencia la heredará.
ciertamente que no entraréis en la tierra respecto de la cual alcé mi mano jurando haceros habitar en ella; salvo Caleb hijo de Jefone y Josué hijo de Nun.
y hablaron a toda la Congregación de los hijos de Israel, diciendo: La tierra por donde hemos pasado para explorarla es una tierra buena en gran manera:
Entonces el sumo sacerdote rasgó sus vestiduras, diciendo: ¡Ha blasfemado! ¿qué más necesidad tenemos de testigos? ¡He aquí, ahora habéis oído la blasfemia!
¶Entonces los hijos de Judá se acercaron a Josué en Gilgal; y le dijo Caleb, hijo de Jefone cenizeo: Tú sabes lo que Jehová dijo a Moisés varón de Dios, acerca de mí y de ti en Cades-barnea.
¶Entonces Josué rasgó sus vestidos, y cayó postrado en tierra sobre su rostro delante del Arca de Jehová hasta la tarde, él y los ancianos de Israel; y echaron polvo sobre sus cabezas.
Y fué así que como él la viese, rasgó sus vestidos, y le dijo: ¡Ay de mí, hija mía! me has abatido por completo; y tú has venido a ser del número de los que me tienen turbado; porque he abierto mi boca a Jehová, y no podré volver atrás.