Mas en cuanto a vuestros pequeñitos, de los cuales dijisteis que iban a ser una presa, a éstos introduciré, y ellos conocerán la tierra que vosotros habéis rechazado con desprecio.
Así los hijos de éstos entraron, y heredaron la tierra, en tanto que tú sujetaste delante de ellos a los habitantes de la tierra, los Cananeos, a quienes entregaste en su mano, con sus reinos y los pueblos de la tierra, para que hiciesen con ellos según su voluntad.
¶Entonces dije a sus hijos en el desierto: No andéis vosotros en los estatutos de vuestros padres, ni guardéis sus preceptos, ni os contaminéis con sus ídolos:
Y ¿a qué intento nos introduce Jehová en esta tierra, para que caigamos a espada, y para que nuestras mujeres y nuestros hijos vengan a ser una presa? ¿No nos sería mejor volver a Egipto?
Y entre todos estos no había hombre alguno de los contados anteriormente por Moisés y el sacerdote Aarón, quienes contaron a los hijos de Israel en el desierto de Sinaí:
Mirad, despreciadores, y maravillaos y pereced, porque hago una obra en vuestros días, obra que de ninguna manera creeréis, aun cuando alguno os la declare.
Y vuestros niños, de quienes dijisteis que iban a ser una presa, y vuestros hijitos que no conocen en el día ni bien ni mal, ellos entrarán allá; porque a ellos la daré, y ellos la tomarán en posesión.
Mas a los hijos de ellos, que él había levantado en su lugar, a éstos circuncidó Josué, porque eran incircuncisos; pues no los habían circuncidado por el camino.