Pues que subieron por la tierra del Mediodía, y llegaron a Hebrón, endonde estaban Ahimán, Sesai y Talmai, hijos de Anac. (Hebrón fué edificada siete años antes de Zoán en Egipto.)
Y ACONTECIÓ después de esto que consultó David a Jehová, diciendo: ¿Subiré a alguna de las ciudades de Judá? Y respondióle Jehová: Sube. Y preguntó David: ¿A dónde subiré? Y él le dijo: A Hebrón.
En esto, Isbi-benob, que era de los hijos del gigante Rafá, el peso de cuya lanza fué trescientos siclos de bronce, y que se había ceñido una espada nueva, se propuso matar a David.
Los príncipes de Soán son completamente necios; el consejo de los más sabios de los consejeros de Faraón ha venido a ser irracional. ¿Cómo podéis decir cada cual a Faraón: Hijo de sabios soy; hijo de reyes antiguos?
Empero es fuerte el pueblo que habita en aquella tierra; y las ciudades están fortificadas y son muy grandes. Y también a los hijos de Anac hemos visto allí.
También vimos allí a los gigantes, hijos de Anac, de la raza de los gigantes: y éramos nosotros a nuestros propios ojos como langostas; y así también éramos a los ojos de ellos.
un pueblo grande y de alta talla, los hijos de los Anaceos, que tú conoces, y de quienes has oído decir: ¿Quién puede quedar en pie delante de los hijos de Anac?
Por manera que dieron a los hijos de Aarón el sacerdote las siguientes: Hebrón con sus ejidos, ciudad de refugio para los homicidas, y Libna con sus ejidos,
Judá marchó también contra el Cananeo que habitaba en Hebrón, (el nombre de Hebrón antes había sido Kiryat-arba), e hirió a Sesai, y a Ahimán, y a Talmai.