Mas cuando hubo pasado el luto, envió David y la recogió en su casa; y ella fué su mujer, y parióle un hijo. Empero esto que había hecho David fué malo a los ojos de Jehová.
Quizá oirá Jehová tu Dios todas las palabras de Rabsaces, a quien su amo, el rey de Asiria, ha enviado para vituperar al Dios vivo; y reprenderá las palabras que ha oído Jehová tu Dios: haz pues oración a favor del resto que aún nos queda.
Entonces se encendió la ira de Jehová contra Moisés, y le dijo: ¿No es Aarón levita, hermano tuyo? Yo sé que él puede hablar bien; además, he aquí que sale a recibirte, y al verte, se regocijará en su corazón.
DESPUÉS de esto entraron Moisés y Aarón, y dijeron a Faraón: Así dice Jehová, el Dios de Israel: Deja ir a mi pueblo, para que ellos me celebren una fiesta solemne en el desierto.
Moisés y Aarón fueron pues a Faraón, e hicieron así como había mandado Jehová; porque Aarón echó en tierra su vara delante de Faraón y delante de sus siervos, la cual se convirtió en culebra.
Quizá oirá Jehová tu Dios las palabras de Rabsaces, a quien su amo, el rey de Asiria, ha enviado para vituperar al Dios vivo, y reprenderá las palabras que ha oído Jehová tu Dios; eleva pues la oración a favor del resto que aun nos queda.
MAS sucedió que murmuró el pueblo, hablando perversamente en oídos de Jehová; lo cual oyó Jehová, y encendióse su ira; de modo que ardió en medio de ellos el fuego de Jehová, y devoraba por todo el campamento.
Pero Moisés le respondió: ¿Eres celoso por mi causa? antes bien ¡ojalá que todo el pueblo de Jehová fuesen profetas, y que pusiera Jehová su Espíritu sobre ellos!
y juntándose contra Moisés y Aarón, les dijeron: ¡Mucho os arrogáis, ya que toda la Congregación, cada individuo de ella, es santo, y Jehová está en medio de ellos! ¿por qué pues os ensalzáis sobre la Asamblea de Jehová?
¶Porque digo, por medio de la gracia que me ha sido dada, a cada uno que está entre vosotros, que no piense de sí más elevadamente de lo que debe pensar, sino que piense sobriamente, según haya repartido Dios a cada uno la medida de fe.
¶De la misma manera, vosotros los jóvenes, someteos a los ancianos; y todos vosotros, ceñíos de humildad, para servir los unos a los otros; porque Dios resiste a los soberbios, mas da gracia a los humildes.