Y yo descenderé y hablaré contigo allí; y tomaré del Espíritu que está sobre ti, y lo pondré sobre ellos; para que ellos lleven juntamente contigo la carga del pueblo, y no la lleves tú solo.
Y cuando vieron esto los hijos de los profetas que estaban junto a Jericó, frente a él, decían: ¡El espíritu de Elías descansa sobre Eliseo! Por lo cual fueron a recibirle, y se postraron a tierra ante él.
Y aconteció que cuando hubieron pasado, Elías dijo a Eliseo: Pide lo que he de hacer por ti, antes que sea quitado de contigo. Entonces dijo Eliseo: Ruégote que tenga yo, cual hijo tuyo, una porción doble de tu espíritu.
Y ellos juzgarán al pueblo en todo tiempo: y será que toda causa grande la traerán a ti, mas toda causa pequeña la juzgarán ellos mismos. Así se aliviará el peso de sobre ti, pues ellos lo llevarán contigo.
porque derramaré aguas sobre la tierra sedienta, y corrientes sobre el sequedal: derramaré mi Espíritu sobre tu linaje, y mi bendición sobre tu descendencia;
Acordóse entonces de los tiempos antiguos, de Moisés y de su pueblo, diciendo: ¿Dónde está Aquel que los hizo subir del Mar Rojo, con los pastores de su grey? ¿Dónde está Aquel que puso dentro de ellos su Espíritu Santo;
Y acontecerá después de esto, que derramaré mi Espíritu sobre toda carne; y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas: vuestros ancianos soñarán sueños; vuestros jóvenes verán visiones.
Entonces Jehová descendió en la nube y habló con él; y tomó del Espíritu que estaba sobre él y lo puso sobre los setenta ancianos; y aconteció que como descansase sobre ellos el Espíritu, profetizaron; mas no volvieron a hacerlo.
Entonces descendió Jehová en la columna de nube, y púsose a la entrada del Tabernáculo de Reunión; y llamó a Aarón y a María, y ellos dos se presentaron.
Boca a boca hablaré con él; manifiestamente, y no por medio de símiles; y mirará la semejanza de Jehová. ¿Por qué pues no temisteis hablar contra mi siervo Moisés?
¶Y cuando Moisés entró en el Tabernáculo para hablar con el Señor, oyó una Voz que le hablaba desde encima del Propiciatorio, que estaba sobre el Arca del Testimonio, de entre los dos querubines; la cual Voz hablaba con él.
Esto empero lo dijo respecto del Espíritu, que los que creían en él habían de recibir; pues el Espíritu Santo no había sido dado todavía, por cuanto Jesús no había sido aún glorificado.
Vosotros empero no estáis en la carne, sino en el espíritu, si es así que el Espíritu de Dios habita en vosotros: mas si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, el tal no es de él.
Pero nosotros hemos recibido, no el espíritu del mundo, sino el Espíritu que es de Dios; para que conozcamos las cosas que nos han sido dadas gratuitamente por Dios.
Habiendo purificado vuestras almas, en virtud de vuestra obediencia a la verdad, para amor no fingido de los hermanos, amaos los unos a los otros fervientemente, con sencillo corazón;