Y HABIENDO Jesús descendido de la montaña, grandes multitudes le seguían.
¶Pero Jesús lo supo, y se apartó de allí; y le seguían grandes multitudes, y él sanó a todos los enfermos,
Y vinieron a él grandes multitudes, que traían consigo cojos, ciegos, mudos, mancos y otros muchos enfermos, y los echaron a sus pies; y él los sanó:
Y le siguieron grandes multitudes; y sanó allí a los enfermos.
¶Y cuando salieron de Jericó, grandes multitudes le seguían.
Y le seguían grandes turbas de gente, de Galilea, Decápolis, Jerusalem, Judea, y de más allá del Jordán.
porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no a la manera de los escribas de ellos.
¶Viendo entonces Jesús grandes multitudes alrededor de él, mandó pasar a la opuesta orilla del lago.
Y he aquí que viniendo un leproso, prosternóse ante él, diciendo: ¡Señor, si quieres, puedes limpiarme!
¶Jesús, pues, con sus discípulos, se retiró al mar; y le siguió una inmensa multitud de Galilea, y de Judea.
Pero tanto más se extendía la fama de él: y se juntaban grandes multitudes para oírle, y para ser sanados de sus enfermedades.