¶Entonces Judas, que le había entregado, viendo que era condenado, lleno de remordimiento, devolvió los treinta siclos de plata a los jefes de los sacerdotes y a los ancianos,
Entonces Jehová me dijo: ¡Échalo al alfarero! ¡hermoso precio en que yo fui avaluado por ellos! Tomé pues los treinta siclos de plata, y los eché al alfarero en la Casa de Jehová.
Judas entonces, habiendo recibido la cohorte de soldados romanos, y algunos alguaciles de parte de los sumos sacerdotes y de los fariseos, viene allí con linternas, y antorchas, y armas.