Y le preguntaron los fariseos y los escribas: ¿Por qué no andan tus discípulos conforme a la tradición de los antiguos, sino que comen con manos inmundas?
y les dijo: Vosotros sabéis que es cosa ilícita a un judío juntarse, ni siquiera llegarse, a uno que sea de otra nación: mas Dios me ha enseñado que a ningún hombre le he de llamar común o inmundo:
¿de cuánto más severo castigo, pensáis, que será tenido por digno aquel que ha hollado bajo sus pies al Hijo de Dios, y ha estimado como inmunda la sangre del pacto con que había sido consagrado al servicio de Dios, y ha hecho ultraje al Espíritu de gracia?
Y no entrará jamás en ella ninguna cosa inmunda, ni quien haga abominación, o diga mentira; sino solamente aquellos que están escritos en el libro de la vida del Cordero.