Y en cualquiera casa que entrareis, permaneced allí, y de allí partid.
Y en cualquiera ciudad o aldea adonde entrareis, averiguad solícitamente quién en ella sea digno: y permaneced allí hasta vuestra partida.
Y les dijo: Dondequiera que entréis en una casa, permaneced allí hasta que salgáis de aquel lugar.
Y les dijo: No toméis nada para el camino, ni báculo, ni alforja, ni pan, ni dinero; ni tengáis dos túnicas.
Y dondequiera que no os recibieren, al salir de aquella ciudad, sacudid el polvo de vuestros pies en testimonio contra ellos.
Y cuando fué bautizada, y su casa también, nos rogó, diciendo: Si me habéis juzgado ser fiel al Señor, entrad en mi casa, y morad allí. Y nos obligó.