Cuando alguno oye la palabra del reino, y no la entiende, viene el Maligno, y arrebata lo que fue sembrado en su corazón: éste es aquel que fué sembrado a lo largo del camino.
DESPUÉS de estas cosas, el Señor designó otros setenta, y los envió de dos en dos delante de su rostro, a toda ciudad y lugar adonde él mismo había de ir.
¡Aun el polvo de vuestra ciudad que se ha pegado a nuestros pies, sacudimos contra vosotros; esto empero sabed, que se ha acercado a vosotros el reino de Dios!