Entrando entonces en la casa, no permitió entrar consigo a nadie sino a Pedro, y a Juan, y a Santiago, y al padre y a la madre de la niña.
Y entrado que hubo, cerró la puerta sobre ellos dos, y oró a Jehová.
No voceará, ni alzará su voz, ni la hará oír por las calles:
Y toma consigo a Pedro y a Santiago y a Juan, y comenzó a atemorizarse, y a angustiarse en gran manera.
a saber, Simón, a quien también llamó Pedro, y Andrés su hermano, Santiago y Juan, Felipe y Bartolomé,
Pero Jesús, habiéndolo oído, le respondió: No temas; cree solamente, y ella sanará.
Entretanto todos lloraban, y la plañían. Mas él dijo: No lloréis; porque no ha muerto, sino que duerme.
¶Y aconteció, como ocho días después de dichas estas palabras, que tomando consigo a Pedro y a Juan y a Santiago, subió al monte para orar.
Mas Pedro, habiéndolas hecho salir a todas, se puso de rodillas y oró; luego, volviéndose hacia el cuerpo, dijo: Tabita, levántate. Y ella abrió los ojos; y viendo a Pedro, se incorporó.