Y habiendo salido a tierra, le vino al encuentro cierto hombre de aquella ciudad, que hacía mucho tiempo que tenía demonios, y no vestía ropa alguna, ni moraba en casa, sino en los sepulcros.
Asimismo todo aquel que sobre la haz del campo tocare algún muerto a espada, o algún difunto, o hueso humano, o una sepultura, quedará inmundo siete días.
Y su fama se extendió por toda la Siria; y traíanle todos los que estaban enfermos, atacados por diversas enfermedades y tormentos, y los endemoniados, y los lunáticos, y los paralíticos; y él los sanaba.
Mas cuando vió a Jesús, gritó, y cayó en tierra delante de él, y dijo a gran voz: ¿Qué tengo yo que ver contigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? ¡Ruégote no me atormentes!
Luego despojóse él también de sus vestidos, y profetizó él también delante de Samuel; y cayó desnudo; quedando tendido en tierra todo aquel día, y toda aquella. noche. De donde suelen decir: ¿Saúl también se halla entre los profetas?