HIRAM también, rey de Tiro, envió sus siervos a Salomón, cuando supo que le habían ungido por rey en lugar de su padre: porque Hiram había sido siempre afecto a David.
Y Jesús fué con ellos. Mas cuando ya no estaba lejos de la casa, el centurión le envió unos amigos suyos, diciéndole: Señor, no te molestes; porque no soy digno de que entres debajo de mi techado: