ASÍ dice Jehová: ¿Dónde está la carta del divorcio de vuestra madre, con la cual yo la repudié? ¿o a cuál de mis acreedores os he vendido? He aquí que por vuestras iniquidades fuisteis vendidos; y por vuestras transgresiones fué repudiada vuestra madre.
Nuestro padre murió en el desierto; y él no estuvo en el motín de los que se juntaron contra Jehová, en el séquito de Coré; sino que murió en su propio pecado, y no tuvo hijos varones.
Mas al salir aquel mismo siervo, encontróse con uno de sus consiervos que le debía cien denarios; y trabando de él, le ahogaba, diciendo: ¡Paga lo que debes!
mas el que no supo, e hizo cosas dignas de azotes, será castigado con pocos azotes: porque a todo aquel a quien se ha dado mucho, mucho le será exigido; y a quien se ha encomendado mucho, más será demandado de él.
O aquellos diez y ocho, sobre quienes cayó la torre en Siloé y los mató ¿pensáis que ellos eran más culpables que todos los hombres que habitan en Jerusalem?