Y ACONTECIÓ que al entrar en casa de uno de los principales de los fariseos en un día de sábado, a comer pan, ellos le estaban observando disimuladamente.
Y he aquí una mujer que había en la ciudad, la cual era pecadora, habiendo entendido que él estaba a la mesa en casa del fariseo, trajo un frasco de alabastro de ungüento;