Y cuando el centurión oyó hablar de Jesús, envió a él los ancianos de los judíos, rogándole que viniese y sanase a su siervo.
¶Y cuando hubo entrado en Capernaum, vino a él un centurión rogándole,
Y el siervo de cierto centurión, a quien éste estimaba mucho, estaba enfermo, y a punto de morir.
Y ellos, viniendo a Jesús, le rogaron, diciendo: Digno es de que hagas esto por él;
Y he aquí un hombre llamado Jairo, el cual era jefe de la sinagoga, vino, y cayendo a los pies de Jesús, le rogaba que entrase en su casa;
Y, he aquí, un hombre de entre el gentío levantó la voz, diciendo: ¡Maestro, ruégote que atiendas a mi hijo! porque es mi unigénito:
Cuando éste oyó decir que Jesús había venido de Judea a Galilea, fué a él, y le rogó que bajara a Capernaum, y sanara a su hijo; porque se estaba muriendo.
ruégote por mi hijo, a quien he engendrado en mis prisiones — mí hijo Onésimo;