Y aconteció que como el rey oyese el oráculo que el varón de Dios proclamó contra el altar en Bet-el, alargó Jeroboam la mano de junto al altar, diciendo: ¡Prendedle! Mas se le secó la mano que había extendido contra él; de modo que no pudo hacerla volver a sí;
¡Ay del pastor inútil, que desampara la grey! la espada caerá sobre su brazo, y sobre su ojo derecho: su brazo se le secará completamente, y su ojo derecho será del todo ofuscado.
¶Y recorrió Jesús toda la Galilea, enseñando en las sinagogas de ellos, y proclamando la buena nueva del reino, y sanando toda dolencia y toda enfermedad entre el pueblo.
Y ACONTECIÓ en un día de sábado, que Jesús iba pasando por entre los sembrados, y sus discípulos arrancaban espigas, y comían, estregándolas entre las manos.
Por tanto algunos de los fariseos dijeron: Este hombre no es de Dios, porque no guarda el sábado. Otros empero dijeron: ¿Cómo puede un hombre pecador hacer tales milagros? Y había disensión entre ellos.