porque cada árbol por su propio fruto es conocido. Porque de los espinos no se cogen higos, ni de las zarzas se vendimian uvas.
O haced que sea el árbol bueno, y su fruto bueno; o haced que sea el árbol malo, y su fruto malo; porque por el fruto el árbol es conocido.
Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se cogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos?
Así que por sus frutos los conoceréis.
¿Puede, hermanos míos, la higuera producir aceitunas, o la vid, higos? Ni tampoco puede la fuente salada dar agua dulce.
¶Éstos son manchas en vuestras fiestas de amor fraternal, banqueteando sin temor de Dios, apacentándose a si mismos; ¡nubes sin agua son, llevadas por los vientos; árboles en otoño, sin fruto, dos veces muertos, arrancados de raíz;