Entonces Abraham cayó sobre su rostro y rióse, y dijo en su corazón: ¿A hombre de cien años ha de nacer hijo? ¿y Sara, mujer de noventa años, ha de parir?
Y en este monte hará Jehová de los Ejércitos, para todas las naciones, un banquete de manjares pingües, banquete de vinos sobre las heces; de manjares pingües de mucho meollo, de vinos sobre las heces, bien refinados.
Porque, ¡oh pueblo de Sión, que habitas en Jerusalem, tú no llorarás más! ¡muy compasivo será Dios, a la voz de tu clamor: luego que oyere, te responderá!
Mas si no oyereis, mi alma llorará en secreto vuestra soberbia, y con amargo llanto mis ojos se desharán en lágrimas: por cuanto ha sido cautivada la grey de Jehová.
Con lloros vendrán, y en medio de suplicaciones yo los conduciré; los haré andar junto a corrientes de aguas, por caminos rectos en que no tropezarán: porque soy un Padre a Israel, y Efraim es mi primogénito.
y le dijo Jehová: ¡Pasa por en medio de la ciudad, por en medio de Jerusalem y pon una marca sobre las frentes de los hombres que gimen y se angustian a causa de todas las abominaciones que se hacen en medio de ella!
Bienaventurados sois cuando los hombres os aborrecieren, y cuando os apartaren de su trato, y os vituperaren, y desecharen vuestro nombre como malo, por causa del Hijo del hombre.
Jesús respondió y le dijo: Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame de beber; tú le habrías pedido a él, y él te hubiera dado agua viva.
Por lo cual yo hallo satisfacción en las flaquezas, en los ultrajes, en las necesidades, en las persecuciones, en las angustias, que sufro por causa de Cristo; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte.
¶Bienaventurado el hombre que soporta la tentación; porque cuando raya sido probado, recibirá la corona de vida, que ha prometido el Señor a los que le aman.
Y oí una gran voz procedente del cielo, que decía: ¡He aquí el tabernáculo de Dios está con los hombres, y él habitará con ellos, y ellos serán pueblos suyos, y el mismo Dios con ellos estará, como Dios suyo!