Y ACONTECIÓ que a los treinta años (de edad), en el mes cuarto, al cinco del mes, estando yo en medio de los cautivos, junto al río Kebar, fueron abiertos los cielos, y tuve visiones de Dios.
(comenzando desde el bautismo de Juan, hasta el día en que fué tomado arriba de entre nosotros), uno de éstos mismos sea hecho testigo juntamente con nosotros de su resurrección.