Y he aquí que una como semejanza de los hijos de los hombres me tocó los labios; luego abrí mi boca, y hablé, y dije al que estaba delante de mí: ¡Señor mío, con la visión me acometieron de repente mis dolores, y no he retenido fuerza alguna!
Luego me dijo: ¡No temas, oh varón muy amado! ¡paz sea contigo! ¡sé fuerte; sí, sé fuerte! Y cuando me habló así, yocobré vigor, y dije: Hable mi señor; porque tú me has dado fuerzas.
Y aconteció que mientras estaban sumamente perplejas a causa de esto, he aquí que dos varones se pusieron junto a ellas, con vestiduras resplandecientes;