hasta que sea derramado sobre nosotros el Espíritu desde lo alto, y el desierto se convierta en campo fructífero, y el campo fructífero sea reputado como selva.
Mas el Consolador, es decir, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo cuanto os he dicho.
Mas cuando viniere el Consolador, a quien yo os enviaré desde el Padre, es a saber, el Espíritu de verdad, que procede del Padre, él testificará de mí:
Y estando reunido con ellos, les mandó que no partiesen de Jerusalem, sino que esperasen allí la promesa del Padre, la cual (así decía), habéis oído de mí.
mas recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo; y seréis mis testigos, así en Jerusalem como en toda la Judea y Samaria, y hasta los últimos confines de la tierra.