¶Y uno de los malhechores que estaban crucificados, le escarnecía, diciendo: ¿No eres tú el Cristo? sálvate a ti mismo, y a nosotros.
Los ladrones también que estaban crucificados con él, le echaronen cara los mismos improperios.
¡El Cristo, el Rey de Israel, descienda ahora de la cruz para que veamos y creamos! También los que estaban crucificados con él, le ultrajaban.
Y el pueblo estaba de pie mirando: y los magistrados también, juntamente con ellos, se mofaban de él, diciendo: A otros salvó; sálvese a sí mismo, si éste es el Cristo de Dios, su escogido.
y diciendo: Si tú eres el Rey de los judíos, sálvate a ti mismo.
Mas respondiendo el otro, le reprendió, diciendo: ¿Tú ni siquiera temes a Dios, aunque estás en la misma condenación?