y diciendo: Si tú eres el Rey de los judíos, sálvate a ti mismo.
A otros salvó, a sí mismo no se puede salvar. Si es el rey de Israel, descienda ahora de la cruz, y creeremos en él.
Confió en Dios; líbrele ahora, si le quiere; porque ha dicho: De Dios soy Hijo.
Y la inscripción de su causa fue escrita así: El REY DE LOS JUDÍOS.
¶Y uno de los malhechores que estaban crucificados, le escarnecía, diciendo: ¿No eres tú el Cristo? sálvate a ti mismo, y a nosotros.