Le prendieron pues los Filisteos, y le sacaron los ojos, y le hicieron descender a Gaza, donde le sujetaron con grillos de bronce; y tuvo que moler en la casa de los encarcelados.
Y aconteció que cuando tuvieron alegre el corazón, dijeron: Llamad a Samsón, para que él nos divierta. Llamaron pues de la cárcel a Samsón, el cual jugó delante de ellos; y le colocaron en medio de las columnas.