Los dichos de su boca son más blandos que manteca; pero hay guerra en su corazón: sus palabras son más suaves que el aceite; mas ellas son espadas desenvainadas.
¶Estando él aún hablando, he aquí una turba de gente; y aquel que se llamaba Judas, uno de los doce, ibadelante de ellos, y acercóse a Jesús para besarle.