Y le dijeron: ¡Señor, he aquí dos espadas! Y él les dijo: Basta.
Y he aquí que uno de los que estaban con Jesús, extendiendo la mano, sacó su espada, e hiriendo al siervo del sumo sacerdote, le quitó la oreja.
Él entonces les dijo: Mas ahora, el que tiene bolsa, tómela, y también su alforja; y el qué no tenga bolsa, venda su capa y compre espada.
Viendo entonces los de en derredor de él lo que iba a suceder, dijeron: Señor, ¿heriremos con la espada?
Jesús respondió: Mi reino no es de este mundo: si de este mundo fuera mi reino, entonces pelearían mis servidores para que yo no fuese entregado a los judíos: ahora empero mi reino no es de aquí.
mas en cuanto a nosotros que somos del día, seamos sobrios, vistiéndonos la coraza de fe y de amor, y por yelmo, la esperanza de salvación:
resistidle pues, firmes en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos que están en el mundo.