Tomó pues Moisés la sangre y la roció sobre el pueblo, diciendo: ¡He aquí la sangre del pacto que ha hecho Jehová con vosotros, acerca de todas estas cosas!
Y de la misma manera tomó la copa, después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto, cuantas veces la bebiéreis, en memoria de mí.
el cual también nos ha hecho suficientes para ser ministros del nuevo pacto; no de la letra, sino del espíritu; porque la letra mata, mas el espíritu da vida.
¶Y el Dios de paz, el cual, en virtud de la sangre del pacto eterno, volvió a traer de entre los muertos al gran pastor de las ovejas, es decir, a nuestro Señor Jesús,
Y por esta causa él es el mediador de un pacto nuevo; para que, habiendo habido una muerte, para la redención de las transgresiones que hubo bajo el primer pacto, los que han sido llamados reciban la promesa de la herencia eterna.