Entonces los que estuvieren en Judea, huyan a las montañas, y los que estuvieren en medio de ella, salgan fuera, y los que estuvieren en los campos, no entren en ella.
Y sucedió que como los hubiesen sacado fuera, le dijo: ¡Escapa por tu vida; no mires tras ti, ni te pares en toda la Vega; escapa a la montaña, no sea que perezcas!
Mas aconteció que cuando Nabucodonosor rey de Babilonia invadió la tierra, nosotros dijimos: Vámonos, y entremos en Jerusalem, a causa del ejército de las Caldeos, y a causa del ejército de los Siros; y así habitamos en Jerusalem.
¡HUÍD de en medio de Jerusalem, por salvaros, oh hijos de Benjamín! ¡sonad la trompeta también en Tecoa, y sobre Bet-hacarem alzad la, señal; porque la calamidad se deja ver de la parte del norte, y gran destrucción!
Y habló Moisés a la Congregación, diciendo: Ruégoos que os alejéis de las tiendas de esos malos hombres, y no toquéis ninguna cosa de lo suyo, para que no seáis arrebatados con ellos en todos sus pecados.
¶Y oí otra voz procedente del cielo, que decía: Salid de ella, pueblo mío, para que no participéis en sus pecados, y para que no recibáis de sus plagas;