Y yo incitaré a egipcios contra egipcios, y pelearán cada uno contra su hermano, y cada cual contra su compañero; ciudad contra ciudad, reino contra reino.
Y sucederá en aquel día que habrá entre ellos una grande consternación procedente de Jehová, y trabará cada cual la mano de su prójimo; y la mano de éste se levantará contra la mano de su compañero.
Porque nación se levantará contra nación, y reino contra reino; habrá terremotos por diversos lugares; y habrá hambres y alborotos: estas cosas principio son de dolores.
Y poniéndose en pie uno de ellos, llamado Agabo, dió a conocer, por el Espíritu, que había de haber una grande hambre por todo el mundo habitado, la cual sucedió en días de Claudio César.
Y esta palabra, una sola vez más, declara el propósito de quitar aquellas cosas que son sacudidas, como cosas perecederas, para que permanezcan las que no puedan ser sacudidas.