No se apartará de Judá el cetro, ni la vara de gobernador de entre sus pies, hasta que venga el Pacificador: y a Él será tributada la obediencia de las naciones.
Porque un Niño nos ha nacido, un Hijo nos es dado: y el dominio estará sobre su hombro; y se le darán por nombres suyos: Maravilloso, Consejero, Poderoso Dios, Padre del siglo eterno, Príncipe de Paz.
José, pues, subió de Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Bet-lehem (por cuanto era de la casa y familia de David),
y decían a la mujer: Ya no creemos por tu palabra; porque nosotros mismos le hemos oído, y sabemos que éste es verdaderamente el Cristo, el Salvador del mundo.
abriendo su sentido, y exponiendo que era necesario que el Mesías padeciese, y resucitase de entre los muertos; y que este Jesús a quien (dijo) yo os predico, es el Mesías.
Más aún, todas las cosas las tengo por pérdida, a causa de la sobresaliente excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, Señor mío, por causa de quien lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para que yo gane a Cristo,