¶Y algunos de los fariseos de entre el gentío le dijeron: ¡Maestro, reprende a tus discípulos!
Jehová, tu mano está alzada, mas ellos no ven: verán empero con vergüenza tu celo por tu pueblo; y el fuego devorará a tus contrarios.
Entonces Herodes, habiendo llamado a los magos en secreto, averiguó de ellos con particularidad el tiempo en que apareció la estrella.
¶Mas ¡ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque cerráis el reino de los cielos contra los hombres; pues vosotros no entráis, ni dejáis entrar a los que van entrando.
Pero los jefes de los sacerdotes consultaban cómo podrían matar a Lázaro también;
Por tanto los fariseos dijeron entre sí: ¡Ya veis que no aprovecháis nada! ¡he aquí que el mundo se va tras él!
¿Pensáis acaso que la Escritura dice en vano, que el Espíritu que Dios hizo habitar en nosotros, suspira por nosotros con celos envidiosos?