Y aconteció que a su regreso, habiendo recibido el reino, mandó llamar a sí a aquellos siervos, a quienes había dado el dinero, para saber lo que había negociado cada uno.
Mas por la gracia de Dios soy lo que soy; y su gracia que me fué dada, no fué en vano; antes bien he trabajado más abundantemente que todos ellos; mas no yo, sino la gracia de Dios que estaba conmigo.