sin embargo, porque esta viuda me es molesta, le haré justicia; no sea que viniendo de continuo, me agote la paciencia.
Y ellos me enviaron recado por el mismo estilo hasta cuatro veces; y les devolví respuesta de la misma manera.
Mas él no le respondió palabra: y viniendo sus discípulos le rogaron, diciendo: Despáchala, porque grita en pos de nosotros.
Dígoos que aunque no se levante a darle por ser su amigo, sin embargo, por causa de su importunidad, se levantará y le dará cuanto hubiere menester.
Había también en aquella ciudad una viuda, la cual venía muchas veces a él, diciendo: Hazme justicia de mi adversario.
Y los que iban delante le reprendían, para que callase; pero él levantaba más el grito: ¡Oh, Hijo de David, ten piedad de mí!
mas venzo mi cuerpo, y lo tengo en sujeción; no sea que de algún modo, habiendo predicado a los demás, yo mismo sea rechazado por indigno.
Y aconteció que como ella le acosaba con sus palabras todos los días y le apremiaba, por fin se impacientó su alma hasta desear morir;