Pero él respondiendo, dijo a su padre: He aquí, tantos años ha que te sirvo como un esclavo, sin haber nunca traspasado tu mandamiento; y jamás me has dado un cabrito para regocijarme con mis amigos;
Dígoos, que así habrá gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente, más bien que por noventa y nueve justos que no tienen necesidad de arrepentimiento.
Cuando Jesús oyó esto, le dijo: Te falta una cosa todavía: Vende todo cuanto tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme.