Más ventajoso le sería que se le colgara al cuello una piedra de molino de asno, y que fuese echado al mar, que no que hiciera tropezar a uno de estos pequeñitos.
¡Despierta, oh espada, contra mi Pastor, y contra el Varón que es mi socio, dice Jehová de los Ejércitos! ¡hiere al Pastor, y serán dispersadas las ovejas, y yo tornaré mi mano contra los pequeñitos!
Sin embargo, para que no les demos motivo de escándalo, véte y echa un anzuelo en el mar, y toma el primer pez que subiere; y abriéndole la boca, hallarás un siclo: tomando esto, dáselo por mí y por ti.
¶Mirad que no tengáis en poco a uno de estos pequeñitos; porque yo os digo, que sus ángeles en los cielos ven de continuo el rostro de mi Padre que está en los cielos.
El Hijo del hombre se va en verdad, como está escrito de él; mas ¡ay de aquel hombre por quien es entregado el Hijo del hombre! bueno le fuera al tal hombre si nunca hubiera nacido.
Mas el que hiciere tropezar a uno de estos pequeñitos que creen en mí, mejor le fuera que se le colgara al cuello una piedra de molino de asno, y que fuese echado al mar.
¶Cuando, pues, hubieron almorzado, dice Jesús a Simón Pedro ¿Simón, hijo de Jonás, me amas tú más que éstos? Le dice: ¡Sí Señor, tú sabes que yo te quiero! Dícele: Apacienta mis corderos.
Yo empero no me he valido de ninguno de estos derechos; y no escribo estas cosas para que se haga así conmigo; porque bueno me fuera morir, mas bien que el que nadie me prive de esta gloria mía.