Y uno de ellos, viendo que había sido sanado, volvió atrás, glorificando a Dios a grandes voces;
Y viéndolo las gentes, quedaron asombradas, y glorificaron a Dios, que había dado tal potestad a los hombres
Y levantóse, y alzando al punto la camilla, salió delante de todos ellos; de modo que quedaron asombrados todos, y glorificaban a Dios, diciendo: ¡Jamás vimos semejante cosa!
Hallóle después Jesús en el Templo, y le dijo: He aquí ya estás sano; no peques más, no sea que te suceda otra cosa peor.
Y le dijo: ¡Creo, Señor! Y le adoró.