¶Había pues cuatro hombres leprosos a la entrada de la puerta de la ciudad, los cuales dijeron unos a otros: ¿Qué hacemos sentados aquí hasta que muramos?
En seguida le dijo: Vuelve a meter la mano en tu seno. Él pues volvió a meter la mano en su seno; y al sacarla, hela aquí vuelta como lo demás de su carne.
¶Mas Jehová respondió a Moisés: Si su padre le hubiera apenas escupido en la cara, ¿no se avergonzaría ella por siete días? Sea excluída del campamento por siete días, y después sea recogida.
Mas el publicano, estando en pie allá lejos, no quería ni aun alzar los ojos al cielo; sino que se daba golpes de pecho, diciendo: ¡Dios, ten misericordia de mí, pecador!
¶Y sucedió que estando él en una de las ciudades, vino un hombre lleno de lepra, y cuando vió a Jesús, cayó sobre el rostro, y le rogaba, diciendo: ¡Señor, si quieres, puedes limpiarme!