y que deseaba saciarse de las migajas que caían de la mesa del rico; y hasta los perros venían y le lamían las llagas.
Y ella dijo: ¡Así es, Señor; mas óyeme,porque los perros también comen de las migajas que caen de la mesa de sus señores!
Ella empero respondió y le dijo: ¡Así es, Señor; pero los perros también, debajo de la mesa, comen de las migajas de los hijos!
Había también cierto mendigo llamado Lázaro, a quien echaban a la puerta de aquél, lleno de llagas,
Mas aconteció que murió el mendigo, y fué llevado por los ángeles al seno de Abraham: el rico también murió, y fué sepultado.
Y cuando estuvieron satisfechos, dijo a sus discípulos: Recoged los pedazos que sobran, para que no se pierda nada.
Hasta la hora presente, padecemos hambre, y tenemos sed, y estamos desnudos, y somos abofeteados, y no tenemos morada fija,
en fatiga y arduo trabajo, en vigilias muchas veces, en hambre y sed, en ayunos muchas veces, en frío y desnudez.