¶Y Mardoqueo salió de la presencia del rey, con traje real de jacinto y blanco, con una gran corona de oro y con un manto de lino fino blanco y de púrpura; y la ciudad de Susán era toda alborozo y regocijo.
Así fuiste adornada de oro y de plata; y tu vestido era de lino fino blanco, y de seda, y de obra recamada; y comiste flor de harina, con miel y aceite; y fuiste sumamente hermosa, y prosperaste hasta llegar a dignidad real.
He aquí que fué esta la iniquidad de tu hermana Sodoma: La soberbia, la hartura de pan y el reposo próspero, que tenía ella y sus hijas; y no apoyaba la mano del pobre y del menesteroso.
Y la mujer estaba vestida de púrpura y escarlata, y adornada de oro y piedras preciosas y perlas, teniendo en su mano un cáliz de oro, lleno de abominaciones, es decir, las inmundicias de sus fornicaciones;
diciendo: ¡Ay, ay de aquella gran ciudad, que iba vestida de lino fino blanco y de púrpura, y de escarlata, y adornada de oro, y de piedras preciosas, y de perlas;
Cuanto se ha glorificado, y vivido en delicias, tanto dadle de tormento y de llanto; porque ella dice en su corazón: Estoy sentada reina, y no soy viuda, ni nunca veré el duelo.
Y fué el peso de los zarcillos de oro que él había pedido, mil setecientos siclos de oro; sin contar las media-lunas, y los pendientes, y los vestidos de púrpura que había sobre los reyes de Madián: y sin contar los collares que tenían al cuello de sus camellos.